CORRE POR TU VIDA

Los González sacan la cara por el deporte chileno. En el último tiempo Fernando y Tomás se han destacado claramente sobre el resto.

Esta semana pudimos ver, por fin, a Tomás con toda su jerarquía, y como pocos, siendo profeta en su tierra, eso sí que los resultados de nuestra mejor carta olímpica siguen siendo mérito sólo de él y de su familia. Es en ese núcleo donde se descubre el talento y los primeros en potenciar esos atributos son los padres, abuelos, primos, alguien cercano, que desde la infancia le dedica buena parte de su tiempo a desarrollar física y psíquicamente al futuro deportista.

Leí hace poco sobre la experiencia de un atleta español, Arturo Casado, campeón de Europa de los mil 500 metros, obsesionado con demostrar que los atletas etíopes no tienen una ventaja genética que los convierta en los mejores fondistas del mundo. Su postura se basa en que no existe ninguna base para afirmar eso, entonces, ¿dónde está la clave de los resultados etíopes? Casado dice que la práctica del atletismo en Etiopía tiene directa relación con el origen social de los corredores. Desde los 4 años, comienzan un férreo programa de entrenamientos, descalzos, recorren grandes distancias. La práctica es masiva, todos corren. Correr significa salir de la pobreza; un atleta promedio etíope, luego de dos años de competencia en Europa, garantiza su futuro y el de su familia. La motivación es enorme. Eso explica por qué surgen tantos y tan buenos atletas. He ahí la clave: corren por sus vidas.

En Chile la motivación para ser deportistas está dada por los modelos que se sobreexponen en los medios de comunicación. Siendo tan exitistas como somos, los modelos a seguir son los futbolistas millonarios y no los gimnastas o los atletas.

Una vez más, un González, se instala en el podio: es un “fuera de serie”. Es misión de los medios, nuestra misión, difundir su figura y su imagen como atleta; la gimnasia olímpica es un “deporte espectáculo” que merece formar parte de nuestras pantallas con mayor frecuencia. Tomás González es un ejemplo de virtud deportiva, de esfuerzo y perfección. El, como otros, tiene que convertirse en ese modelo que los niños quieran seguir, tal vez no va a ser tan adinerado como Alexis o Vidal, pero en su figura pueden concentrarse muchos de los valores que queremos ver reflejados en la juventud. Así como los niños etíopes, ven en el atletismo el futuro de sus vidas, con Abebe Bikila o Mammo Wolde como super héroes, en Chile tenemos que ampliar el espectro de ídolos para que cada día sean más los niños que corran y salten para llegar a ser un “súper González”.

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