martes, 28 de junio de 2011

En el mes del Rey...

Videos de la cobertura que realizamos con el equipo de Meganoticias, para la muerte de Michael Jackson. Recuerdos para los fanáticos. (del 3 al 8 de julio de 2009, Los Angeles, California).

Primera parte


Segunda parte


Tercera parte


Cuarta parte


Quinta parte

viernes, 24 de junio de 2011

¿Murió Michael Jackson?

25 de junio de 2009. Las primeras informaciones fueron confusas, sin embargo no pasó mucho tiempo hasta confirmarse la noticia y transformarse en titular: ¨Michael Jackson ha muerto¨. Tan impactante como su carrera, su muerte no dejo indiferente al mundo. Al cumplirse dos años desde su deceso, reviso los apuntes de aquél viaje que me llevó al funeral más espectacular jamás visto. Un show que nos hizo olvidar, por un momento, los pasajes oscuros de la historia del rey del pop y logró sumergirnos en la tristeza y consternación de un súbdito país que se rendía, una vez más, a sus pies.

Siete días después del fatal anuncio llegué a Los Ángeles. Pleno verano. El público,
una multitud, vestía camisetas y pañuelos alusivos a Jackson. Ese era el escenario de la recepción, desde el aeropuerto hasta la ciudad, un verdadero mercado de variedades. Encontrar hospedaje resultó un desafío y no era sólo por el inminente funeral; al mismo tiempo, el centro citadino acogía una convención de fanáticos de los dibujos “manga” que invadían las calles con curiosos personajes, que caminaban disfrazados y repletaban los hoteles.

El “paseo de las estrellas” se volvió una especie de santuario. Allí, en el suelo, miles dejaban flores, velas, lienzos y recuerdos sobre el casi ilegible nombre de Michael Jackson, tapado de objetos en su honor. Imitadores lo recordaban en distintas etapas de su carrera y se ofrecían, por una propina, a fotografiarse con los fanáticos y turistas.


Mientras tanto, la casa de sus padres, se convertía en otro punto de encuentro. Ese, más el lugar que alquilaba el mismísimo Rey del Pop, tenían un ejército permanente de “seguidores-custodios”: los primeros en recibir a los periodistas, informar las novedades y cantar o llorar, si era necesario, para las notas de televisión.

Frente a la puerta de ambos sitios, equipos de prensa de todo el mundo acampaban pacientes, esperando la entrada o salida de algún familiar. Aunque nada se comparaba con la torre de Babel montada en un par de días, en las afueras del Staples Center.


La noche anterior, acordonaron varias calles a la redonda. La diferencia horaria de Los Ángeles con Chile nos obligó a llegar a las tres de la mañana. Una inmensa playa de estacionamientos era la nueva residencia de la prensa mundial.


Camiones satelitales, kilómetros de cables, centenares de micrófonos y cámaras de estaciones televisivas de todo el orbe, se situaron rodeando el gimnasio, protegiendo e iluminando, por última vez, al mayor ícono de las luces y el show business.


Aún no salía el sol y ya estábamos en comunicación con Chile. Las personas que a través de un sorteo habían obtenido un ticket para entrar al Staples Center, comenzaban a llegar. La mayoría vestía de negro y si antes todo parecía una fiesta, ahora se respiraba un ambiente de solemnidad y recogimiento. Claro que entre la prensa los comentarios apuntaban a una duda que nunca sería despejada: ¿estaría el cuerpo de Michael Jackson, dentro de ese ataúd? La principal premisa del show, la expectación, permanecía inalterable, como si el mismo Jackson se hubiera encargado del diseño de su deceso, dirigiendo y protagonizando el espectáculo.


Comenzó su último show. Justo cuando estaba por regresar formalmente a los escenarios con una serie de actuaciones programadas en Europa, el destino lo llevó a que su presentación final fuera en condiciones radicalmente opuestas. Con o sin restos en el féretro, se realizó un memorial, mezcla de ceremonia religiosa y entrega de premios, en que sus amigos, y seres queridos lo recordaron, lloraron y cantaron. La aparición de sus hijos, herederos del trono, provocó el momento de mayor impacto. La sucesión asumía el relevo y subían al escenario para homenajear al padre.


Afuera del recinto deportivo, se hablaba de las acusaciones de pedofilia, abusos y arreglos extra judiciales, de las excentricidades que lo rodeaban, de su cambio de color,de Neverland, de su desastre financiero y de la relación con su padre y sus hermanos. Diversas opiniones se ponían sobre la mesa, pero el único punto de acuerdo general estaba en el legado: su música.

Éxitos que forman parte de la banda sonora de la humanidad y que fueron revividos uno tras otro, en miles de programas especiales emitidos por esos días. Canciones que nos hacían recordar su genialidad en contraste con un ser del que se dudaba todo, incluso, su calidad de humano.

Luego de aquella mañana, hace dos años, el fastuoso féretro azul fue trasladado hasta el cementerio Forest Lawn, donde Michael Jackson recibiría sepultura, aparentemente. Es que nada de lo que vimos o escuchamos gozaba de absoluta credibilidad, dando paso a mitos y dudas que mantiene latente la idea de que el cantante de Billy Jean, aún está vivo.

Probablemente nunca sabremos la verdad de su historia. No hubo corte que siguiera un juicio en su contra, a pesar de haber confesado una extraña fascinación por dormir con niños. Posterior a su muerte sólo se persiguió al médico que le prescribió el fatal “Demerol”. Tampoco existió acusación que resistiera una compensación económica, ni medio que decidiera investigar seriamente, todo el lado irónicamente oscuro, de un artista brillante, tan luminoso que consiguió encandilar al mundo haciendo que estos antecedentes fueran considerados irrelevantes.

Si su muerte hubiera ocurrido hoy, tal vez, se habría hecho un juicio público más lapidario. La sucesión de hechos confusos que rodearon su vida, no sólo son catalogables como "excentricidades" o "prácticas poco habituales", bordearon lo criminal y lo inaceptable. Si su talento lo llevó a la cúspide, también lo llevó al sufrimiento. Michael Jackson, como ningún otro conoció la fama con apenas seis años, fue famoso siempre, con más éxitos que fracasos no gozó jamás del anonimato, ni pudo disfrutar de una vida "personal". Su historia oficial, a estas alturas, es conocida por todo el mundo. La historia no contada, la de los excesos, del consumo de drogas, de la indefinición de su sexualidad y principalmente de las acusaciones de abuso a menores, aún son una incógnita y probablemente lo serán por mucho tiempo.

Michael Jackson, una personalidad controversial, una referencia ineludible en la historia de la música y del espectáculo.

Aunque estuve ahí, sólo puedo dar fe que precisamente, su música, fue la única verdad que el mundo conoció del Rey del Pop.